'Esto no es un western', El título ya es toda una declaración de intenciones.
Es una ironía. Resume lo que hay en realidad, un duelo entre el bien y el mal, el enfrentamiento entre dos polos opuestos.
Los personajes traspasan constantemente la línea que separa el bien del mal.
Sí, quería crear esa confusión para hacer ver que todo tiene un matiz, que las cosas no son siempre lo que parecen.
El corto disfraza con humor asuntos ásperos.
Hay dos lecturas, una cómica y otra más profunda. El objetivo era hacer algo abstracto a
partir de una situación cómica que pudiera dar pie a un conflicto cotidiano, un duelo que fuese una especie de retrato de esas pequeñas cosas que nos irritan en el día a día.
La duración la establece la cena que comparten los cuatro personajes.
Tras proyectos más grandes, quería hacer un ensayo sobre lo que puede dar de sí una cena, una situación que fuera acción, pero estática.