Como complemento a esta edición millenial, Pantalla Cero ha cosechado, entre lo mejor del cine independiente de este año, un retrato progresivo en torno a la situación de los primeros habitantes de este término. (Ya no tan) jóvenes en torno a la treintena y sus luchas en torno a sus sueños de juventud, ya sea hacer una película, mantenerse en la escena del rap, vivir como actriz en EE.UU. o, simplemente, mantener la relevancia ante los demás y uno mismo y evitar, literalmente, desaparecer. Con el golpe de la crisis aún hinchado en la frente alta y la lucha contra las exigencias y aspiraciones materiales de la vida adulta como enemigos a batir, presentamos cuatro largometrajes producidos al margen de la industria y los circuitos convencionales que fusionan géneros y estilos, pasando del documental al terror psicológico y presentando a una nueva generación de directoras y directores a los que habrá que seguir de cerca.